El valor del conocimiento en un mercado cultural que por fin empieza a ordenarse
La reciente publicación del Culture Compass for Europe y la futura Artists’ Charter está generando un movimiento interesante en el ecosistema cultural europeo. Por primera vez en décadas, se abre la posibilidad real de regular de forma explícita las condiciones laborales y económicas no solo de artistas escénicos, sino también de profesionales del conocimiento, entre ellos los musicólogos. Y esto puede alterar profundamente la manera en que se remunera nuestro trabajo.
Para entender por qué la Artists’ Charter es relevante, conviene retomar dos ideas que ayudan a describir cómo funciona de verdad la economía de la música. “Domino” y “Sold”.
1. “Domino”. cómo se comporta la oferta, la demanda y el efecto cadena
“Domino” se refiere a algo muy simple. el mercado cultural es extremadamente sensible a pequeños cambios. Una decisión en un lado del sistema provoca una cascada de efectos en otros lugares. Igual que una fila de fichas que caen una detrás de otra.
Por ejemplo:
- Si una orquesta decide abrir una línea de programación dedicada al barroco, aumenta la demanda de especialistas en repertorio. y esa necesidad se extiende a editores, investigadores y asesores.
- Si un festival recibe más financiación, contrata a más profesionales para preparar catálogos, textos, conferencias y documentación.
- Si un archivo digitaliza sus fondos, crece la demanda inmediata de musicólogos capaces de describir e interpretar ese material.
El sector funciona así. Un movimiento institucional genera un efecto “Domino” que reorganiza la oferta y la demanda.
La Artists’ Charter puede activar precisamente este tipo de cascada. porque si exige estándares mínimos de contratación y remuneración, las instituciones deberán replantearse su forma de trabajar. y esto puede expandir la demanda de servicios musicológicos cualificados.
2. “Sold”. cómo se fijan realmente los precios en el trabajo musicológico
“Sold” describe el fenómeno menos visible pero más determinante. la discriminación de precios. Es decir. el hecho de que el mismo trabajo, con la misma calidad, tiempo invertido y valor intelectual, se pague de manera completamente distinta según quién lo encargue.
Ejemplos típicos en nuestro campo:
- Una orquesta sinfónica puede pagar 350 euros por una nota al programa.
- Un festival internacional puede pagar 900 por un texto muy similar.
- Un conservatorio puede pagar 50 euros. o nada.
- Una fundación puede considerar que “ganas visibilidad”, así que el pago desaparece por completo.
El resultado es evidente. El precio no lo fija el contenido del trabajo, sino la capacidad económica y la cultura interna de quien se lo compra. Esto es “Sold”. un mercado donde el valor no se determina objetivamente sino por el contexto, lo que hace prácticamente imposible establecer tarifas profesionales estables.
Aquí es donde la Artists’ Charter puede tener un impacto profundo, porque si fija marcos europeos de remuneración mínima para profesionales culturales, reduce los márgenes para esta discriminación arbitraria.
3. Por qué la Artists’ Charter puede transformar de verdad la remuneración de los musicólogos
La Artists’ Charter apunta a varios frentes que afectan directamente al trabajo musicológico:
1. Remuneración mínima y tarifas orientativas
Por primera vez, podría haber estándares europeos que definan:
- tarifas mínimas para edición crítica, asesoría, documentación y redacción especializada
- remuneración por participación en proyectos patrimoniales
- reconocimiento económico del tiempo de investigación previo a cada encargo
Esto corrige en parte el problema “Sold”. limita la arbitrariedad de precios y obliga a las instituciones a situarse dentro de un rango razonable.
2. Contratos por escrito incluso para encargos pequeños
La precariedad del musicólogo se alimenta de trabajos informales. textos sin contrato. pagos que llegan meses después. encargos que se pierden entre emails. La Carta podría exigir:
- contratos obligatorios
- calendarios de pago regulados
- claridad en derechos y propiedad intelectual
Esto empuja hacia un mercado profesional más transparente.
3. Movilidad laboral más sencilla y reconocida
Los musicólogos trabajamos mucho más internacionalmente de lo que parece. La Artists’ Charter busca armonizar:
- reconocimiento transfronterizo del estatus profesional
- portabilidad de derechos sociales
- simplificación administrativa para trabajos temporales
- acceso más fluido a encargos en otros países
Este punto afecta al “Domino”. si se reduce la fricción para contratar musicólogos fuera del país de origen, la demanda global aumenta y el mercado se expande.
4. Derechos de autor y propiedad intelectual
Muchos trabajos musicológicos generan valor reutilizable. ediciones, transcripciones, catálogos, reconstrucciones históricas, versiones digitales. La Artists’ Charter puede reforzar:
- remuneración por reutilización
- reconocimiento de autoría
- participación en beneficios cuando el material se explota comercialmente
Esto marca un antes y un después. hasta ahora, la mayoría de musicólogos entregan un trabajo que luego genera ingresos sin que vuelva nada al creador intelectual.
4. Hacia qué modelos de remuneración podemos movernos
Si la Artists’ Charter se lleva a la práctica con cierta ambición, los musicólogos podríamos ver consolidarse modelos como:
- Honorarios homogéneos basados en tarifas europeas.
- Modelo mixto. pago fijo + remuneración por reutilización.
- Derechos de autor compartidos en ediciones y contenidos.
- Pago por presencia digital en catálogos, colecciones y plataformas documentales.
- Residencias remuneradas en instituciones patrimoniales o creativas.
Todos estos modelos reducen la desigualdad de precios (Sold) y generan nuevos circuitos de demanda (Domino).
Una oportunidad estructural para la musicología
La Artists’ Charter no resolverá todos los problemas del sector. pero sí puede ser la primera herramienta política con capacidad real para transformar:
- cómo se valora el conocimiento
- cómo se paga la investigación aplicada
- cómo se regula el trabajo cultural especializado
- cómo circulan los profesionales en Europa
Para la musicología, puede suponer un cambio histórico. menos arbitrariedad en precios, más estabilidad contractual, más movilidad y mayor reconocimiento de la autoría intelectual.