Cuando el Parlamento Europeo adoptó el informe A10-0021/2025 el 26 de febrero de 2025, no salió en las portadas. Rara vez ocurre cuando Bruselas mueve una pieza de la maquinaria cultural. Sin embargo, este informe tiene el potencial de cambiar la manera en que la investigación artística se concibe, se financia y se valora en Europa. Para cualquiera que trabaje en la intersección entre música, cultura y creación de conocimiento, merece la pena prestarle atención.
El informe revisa la implementación de Horizonte Europa y formula recomendaciones para su siguiente etapa. Lo que lo hace especialmente interesante para los artistas no es una medida concreta, sino un cambio de tono. El Parlamento pide una interdisciplinariedad más profunda. Insiste en que las Ciencias Sociales, las Humanidades y las Artes deben considerarse socios estratégicos en innovación. No como añadidos opcionales. No como decoraciones que hay que justificar. Como piezas centrales.
En paralelo, el primer informe de seguimiento de la Comisión Europea sobre temas señalados como SSH confirma lo que muchos investigadores intuían. Casi el 40% de los temas del Pilar II ya requiere algún tipo de participación de SSH. Un 88% de los proyectos financiados incluye al menos un socio SSH. Esto significa que las voces artísticas y humanísticas no solo son bienvenidas, sino cada vez más esperadas.
El Parlamento va más lejos. Sitúa el próximo Programa de Trabajo (2026-2027) y el futuro FP10 como espacios en los que podrían aparecer nuevas líneas de financiación. Aunque “Investigación Artística en Patrimonio Digital” no se cite de forma explícita. El lenguaje apunta claramente en esa dirección. Hay una voluntad política de integrar el pensamiento artístico en marcos estratégicos más amplios: cultura, transición digital, democracia, identidad, participación y preservación del patrimonio.
Para artistas, investigadores y especialmente músicos, esto marca el inicio de un punto de inflexión.
Por qué esto importa para la investigación artística
La investigación artística ha crecido mucho en Europa en las dos últimas décadas. Aun así, sigue viviendo en un ecosistema frágil. Depende de políticas locales. A menudo lucha por su reconocimiento. Se mueve entre instituciones que entienden el arte como práctica y otras que entienden la investigación como teoría. Muchos músicos que producen conocimiento a través de su práctica siguen enfrentándose a dos preguntas recurrentes. “¿Esto es realmente investigación?” y “¿Para quién es esto?”
El nuevo discurso europeo aporta algo que la investigación artística no había tenido. Un mandato político.
Si el Parlamento sitúa las artes como agentes productores de conocimiento dentro del ecosistema de investigación e innovación. Si la Comisión incluye socios culturales y artísticos en casi la mitad de los temas del Pilar II. Entonces las artes dejan de ser periféricas. Se convierten en método y contenido. Pasan a formar parte del pensamiento estratégico europeo.
Esto no resuelve de golpe los debates internos de la investigación artística, pero sí cambia el terreno de juego. Las universidades, los conservatorios y las instituciones culturales tienen ahora un argumento más sólido para apoyar y financiar investigación artística. Los músicos que trabajan con metodologías basadas en la práctica pueden situar su trabajo dentro de misiones sociales amplias. Los laboratorios de patrimonio digital, los museos, los archivos y las instituciones de artes escénicas pueden solicitar financiación juntos en condiciones más equitativas.
Qué pueden hacer realmente los artistas ante esta oportunidad
Entender el cambio es solo el primer paso. El segundo paso es usarlo bien. Aquí van algunas maneras en que músicos e investigadores pueden aprovechar el nuevo marco europeo.
1. Pensar más en grande. La investigación artística puede situarse dentro de misiones sociales
La política europea de investigación se articula cada vez más en torno a grandes misiones. Adaptación climática. Transformación digital. Participación cultural. Cohesión social. Cuando los artistas enmarcan su investigación como contribución a una de estas misiones, hablan el idioma de Bruselas. Eso fortalece las solicitudes y muestra cuánto puede aportar el arte.
Un músico que estudia prácticas históricas de interpretación puede situar su trabajo dentro de la revitalización del patrimonio digital. Un compositor que explora el sonido inmersivo puede abordar retos de creatividad digital o inclusión cultural. Un intérprete que investiga la cognición corporal en la música puede conectar con salud, bienestar o educación.
No se trata de forzar el arte para que encaje en una palabra política. Se trata de reconocer que la investigación artística ya contribuye a esas mismas preguntas sociales.
2. Construir alianzas más allá de las artes
Uno de los mensajes más sólidos del informe parlamentario es la idea de sinergia. Las colaboraciones entre artes, SSH y STEM ya no son raras. Se fomentan y se financian.
Los músicos pueden beneficiarse enormemente de asociarse con:
• laboratorios de humanidades digitales
• científicos informáticos que trabajan con IA, VR o tecnologías interactivas
• conservadores y científicos del patrimonio en museos
• archiveros y bibliotecarios que gestionan colecciones culturales
• educadores que diseñan nuevos ecosistemas de aprendizaje
• sociólogos que estudian participación, identidad o comunidades
Estas alianzas aportan legitimidad adicional a la investigación artística, pero también la enriquecen. La intuición artística puede orientar la innovación tecnológica en caminos que la investigación puramente técnica raramente anticipa.
3. Implicarse en las instituciones que preparan el Programa de Trabajo 2026-2027
Ahora mismo se están diseñando las convocatorias de 2026-2027. Esto significa que artistas e investigadores pueden influir en lo que se financiará. Conservatorios, universidades, museos e instituciones de patrimonio deberían estar formando redes y redactando documentos conceptuales. Los músicos deberían estar en contacto con oficinas europeas institucionales, puntos nacionales de contacto y responsables de políticas.
Si el sector quiere una línea específica para Investigación Artística en Patrimonio Digital o para Prácticas Creativas del Conocimiento, el momento es ahora.
4. Llevar la práctica a la mesa sin complejos
Una de las inseguridades más persistentes en la investigación artística es si la práctica artística “cuenta” como investigación. El nuevo entorno europeo hace esta pregunta menos relevante. Lo que importa es la contribución. Si los métodos artísticos generan conocimiento nuevo sobre cultura, tecnologías digitales, públicos o patrimonio, forman parte del ecosistema de investigación.
Los músicos, intérpretes y compositores pueden presentar su práctica como método investigador. Experimentos basados en la interpretación, conocimiento corporal, prototipado creativo, investigación sonora y procesos colaborativos son cada vez más comprensibles dentro de contextos interdisciplinarios.
5. Mirar más allá del Clúster 2
La mayor parte de la investigación artística se ha alineado tradicionalmente con el Clúster 2 (Cultura, Creatividad y Sociedad Inclusiva). Sigue siendo así. Aun así, la investigación artística interdisciplinaria también puede encajar en:
• Clúster 4 (Digital, Industria y Espacio). Para audio inmersivo, IA creativa, preservación digital, nuevas interfaces.
• Clúster 5 (Clima, Energía y Movilidad). Para paisajes sonoros, artes ambientales, ecología acústica.
• Las Misiones. Especialmente patrimonio cultural, adaptación climática y participación digital.
• Infraestructuras de investigación. Sobre todo para colecciones culturales y repositorios digitales.
• Acciones Marie Skłodowska-Curie. Para proyectos doctorales o posdoctorales basados en la práctica.
Las artes pueden entrar en más espacios que antes.
6. Demostrar el valor cultural con datos e impacto
La financiación europea exige cada vez más pruebas de impacto. Los músicos y artistas pueden reforzar su posición si explican cómo su trabajo involucra a comunidades, transforma comprensiones o contribuye a la resiliencia cultural. No significa reducir el arte a un trámite burocrático. Significa mostrar cómo genera efectos culturales, sociales o tecnológicos.
Qué podría pasar a continuación
Si la tendencia continúa, los próximos cinco años podrían consolidar la investigación artística como un ámbito de investigación plenamente reconocido. El impulso del Parlamento hacia la interdisciplinariedad reforzará el papel de conservatorios, universidades de artes e instituciones culturales dentro del ecosistema europeo. FP10 podría incluir una línea específica para la producción artística de conocimiento, algo que otras disciplinas ya tienen desde hace tiempo.
La combinación de patrimonio digital, investigación artística y tecnologías creativas está especialmente bien situada. Europa ya está invirtiendo en gemelos digitales de espacios patrimoniales, sostenibilidad del patrimonio, recursos culturales basados en IA y aprendizaje inmersivo. Los artistas y especialmente los músicos son esenciales para que estas tecnologías tengan sentido cultural.
Idea final. Por qué los músicos no deberían dejar pasar este momento
Los músicos ocupan un lugar privilegiado en el cruce entre tradición e innovación. Trabajan con fuentes históricas y con creatividad contemporánea. Con práctica corporal y herramientas digitales. Con narrativa, emoción y estructura. Entienden cómo se mueve la cultura a través del tiempo y del espacio.
El giro europeo hacia una investigación interdisciplinaria y culturalmente enraizada no es solo una actualización política. Es una invitación. Los músicos pueden modelar nuevas formas de conocimiento, nuevas experiencias de patrimonio digital, nuevas herramientas artísticas y nuevas maneras de pensar el futuro cultural de Europa.
No es un momento para mirar desde la barrera. Es un momento para dar un paso adelante, proponer ideas y asumir liderazgo en definir lo que puede llegar a ser la investigación artística.