¡Empieza a usar Zenodo ya!

A veces en música y en musicología hablamos de “hacer accesible” nuestro trabajo y lo reducimos a subir un PDF a la web del departamento, enviar una grabación por WeTransfer o compartir una edición crítica por correo. Pero hoy existe una infraestructura europea pensada precisamente para que cualquier creador, intérprete o investigador pueda difundir sus resultados de forma estable, citable, abierta y con garantías. Se llama Zenodo y es, probablemente, la herramienta más infravalorada en nuestro campo.

Zenodo nació en el CERN y está financiado por la Comisión Europea. Es un repositorio pensado para cualquier tipo de producción académica, científica y creativa. No está limitado a artículos. Es un hogar natural para grabaciones musicales, partituras editadas, ediciones críticas, bases de datos, software, transcripciones, documentación de proyectos, materiales de investigación o incluso datasets de audio digitalizados. En realidad, sirve para casi todo lo que un músico o un musicólogo produce, siempre que desee que quede disponible de forma duradera y bien descrita.

Lo primero que sorprende de Zenodo es que cada elemento que se publica recibe un DOI automático. Un DOI es un identificador permanente, reconocido internacionalmente, que convierte tu trabajo en algo trazable y citable. Esto es muy útil para quienes trabajamos con materiales que tradicionalmente han circulado de manera informal. Si subes una edición crítica de una cantata, una grabación de una interpretación históricamente informada, un dataset sobre ornamentación del siglo XVIII o una base de datos de fuentes musicales, todo ello podrá ser citado como una publicación más. Y no solo citado, sino recogido por buscadores académicos gracias a la integración con DataCite.

Para los músicos esto es especialmente valioso. Un intérprete que trabaja repertorio histórico puede depositar grabaciones acompañadas de su documentación contextual, lo que refuerza la dimensión investigadora de su trabajo. Un compositor puede difundir obras propias con versiones sucesivas, porque Zenodo gestiona versiones de manera limpia. Un profesor en un conservatorio puede compartir materiales pedagógicos avanzados, sin depender de plataformas comerciales. Un musicólogo puede publicar materiales primarios o secundarios que no encajan en revistas tradicionales, pero que aportan enorme valor al ecosistema europeo de patrimonio musical.

Además, Zenodo permite reservar un DOI antes de publicar. Esto es útil si, por ejemplo, estás preparando una edición crítica y deseas incluir en el propio PDF la referencia DOI definitiva. También permite vincular un contenido con un concepto DOI que agrupa todas las versiones, de manera que sea muy fácil distinguir entre citar la versión exacta o citar la familia completa del recurso.

Uno de los aspectos más potentes es la interoperabilidad. Zenodo no es un repositorio aislado. Forma parte de la infraestructura europea de ciencia abierta. Eso significa que sus metadatos están estandarizados y se sincronizan con servicios que trabajan con normas FAIR, lo que permite que tu trabajo sea encontrado por estructuras tan amplias como OpenAIRE o el futuro European Data Space for Cultural Heritage. En la práctica quiere decir que, si eres musicólogo y depositas una colección de fuentes digitalizadas o un catálogo temático, ese material será accesible para proyectos europeos que integren colecciones musicales. Si eres músico profesional y subes grabaciones vinculadas a un proyecto de investigación, quedarán asociadas a la identidad científica del proyecto, aumentando su impacto.

Para quienes trabajan con código o herramientas digitales, Zenodo tiene otra ventaja. Se integra con GitHub. Esto significa que, si desarrollas un script para analizar ornamentaciones, un software para modelar estructuras formales o un predictor de afinación histórica, puedes vincular tu repositorio de GitHub a Zenodo. Cada vez que crees un release en GitHub, Zenodo archivará automáticamente esa versión y le asignará un DOI. De este modo, el software pasa a ser un resultado académico plenamente trazable.

La gestión de derechos también está cuidada. Al depositar tus materiales puedes asignar licencias abiertas como CC-BY, CC0 o CC-BY-SA, según lo que desees permitir. En música esto es esencial, porque muchas veces trabajamos con derechos de edición, grabación o investigación que exigen una claridad máxima para quienes reutilicen el material. Zenodo ofrece ese marco sin complicaciones, con un formulario claro en el que eliges la licencia adecuada.

Otra cuestión importante es la preservación. Cuando un músico o un musicólogo sube un recurso a su página personal corre el riesgo de que, dentro de unos años, desaparezca o quede inaccesible. Zenodo funciona como una infraestructura sostenida, con compromiso de preservación a largo plazo. Esto garantiza que los recursos seguirán estando disponibles para futuras investigaciones, conciertos, clases o proyectos digitales. Es una forma de asegurar que tu trabajo no desaparece cuando cambias de institución, servidor o gestor web.

Además hay un aspecto menos comentado pero muy relevante. Usar Zenodo coloca tu producción dentro de un ecosistema europeo donde la cultura y el conocimiento están conectados. No te aíslas en un repositorio local. Pasas a formar parte de una red donde los materiales musicales se pueden interrelacionar, reutilizar y analizar. En un momento en el que Europa está impulsando infraestructuras de datos culturales y estrategias digitales ambiciosas, Zenodo actúa como la puerta de entrada para los músicos y musicólogos que quieren que su trabajo tenga impacto real más allá de su institución de origen.

Para la musicología histórica esto abre posibilidades enormes. Permite publicar catálogos, inventarios, corpus temáticos, reconstrucciones digitales, ediciones críticas, grabaciones contextualizadas o datasets de análisis comparativo. Todo ello con la garantía de que tendrá una vida larga y una presencia sólida en los circuitos internacionales. También facilita la colaboración transnacional. Si un grupo europeo trabaja con repertorios dispersos por archivos nacionales, Zenodo ofrece un espacio común en el que depositar materiales, sin necesidad de recurrir a soluciones improvisadas.

Para músicos, especialmente para quienes trabajan en investigación artística, es una oportunidad de reivindicar el valor académico de la práctica musical. Un proyecto interpretativo documentado y subido a Zenodo tiene entidad, tiene DOI, tiene metadata interoperable y puede formar parte de expedientes de acreditación, proyectos europeos o documentación institucional.

En resumen, Zenodo no es solo un repositorio. Es una herramienta que democratiza la visibilidad, la citabilidad y la preservación del trabajo musical y musicológico. Facilita que la música, en todas sus formas, participe de la infraestructura de conocimiento abierta que Europa está construyendo. Y permite que quienes trabajamos en este campo no dependamos de plataformas comerciales ni de soluciones locales efímeras, sino de una estructura robusta, pública y diseñada precisamente para que nuestra producción encuentre su lugar natural dentro del ecosistema europeo del conocimiento.

Si los músicos y musicólogos adoptan Zenodo como parte de su práctica habitual, no solo ganarán en visibilidad y reconocimiento. Se integrarán plenamente en el modelo de ciencia y cultura abiertas que Europa impulsa y que, cada vez más, marca el estándar internacional.

La revisión de los ESG 2027. Una oportunidad que la investigación artística no puede dejar pasar

El 17 de noviembre de 2025, ENQA abrió la consulta pública sobre el borrador de los Standards and Guidelines for Quality Assurance in the European Higher Education Area (ESG 2027). A primera vista, podría parecer un trámite técnico más dentro de la burocracia europea. Sin embargo, para quienes trabajamos en investigación artística. este proceso marca un punto de inflexión que puede redefinir cómo se evalúa, se legitima y se financia nuestra actividad en toda Europa.

Las políticas europeas rara vez cambian de un día para otro. Pero cuando un documento como los ESG se actualiza, las repercusiones alcanzan a universidades, escuelas superiores, agencias de evaluación, ministerios y organismos financiadores. Y por tanto, afectan directamente a quienes investigamos desde prácticas artísticas, enfoques experimentales, metodologías creativas y procesos que no encajan del todo en los modelos tradicionales de ciencia y humanidades.

Por eso esta revisión de los ESG no es un detalle administrativo. Es una ventana de oportunidad.

¿Qué está pasando realmente con los ESG 2027?

El nuevo borrador muestra señales claras de que Europa quiere modernizar la forma en que entiende la calidad académica. Aparece un mayor énfasis en:

• La diversidad metodológica.
• El reconocimiento de resultados no textuales.
• La relevancia social y cultural del conocimiento.
• La interacción entre investigación, innovación y creación.
• La apertura hacia modelos de evaluación más adecuados a disciplinas no convencionales.

Todo esto afecta de lleno a la investigación artística. Que históricamente ha tenido que defender su especificidad frente a criterios de evaluación heredados de las ciencias experimentales o de la investigación humanística tradicional.

Aunque el borrador aún no lo dice con toda la claridad que cabría desear. se percibe un giro hacia una comprensión más amplia de lo que puede considerarse evidencia, rigor, impacto y calidad. Y ese giro debe asentarse gracias a las aportaciones de los propios agentes del ecosistema. Es decir. de nosotros.

La investigación artística como laboratorio de nuevas formas de producir conocimiento

En Europa, la investigación artística ha ido adquiriendo un papel más visible. Pero todavía depende en exceso de marcos de evaluación que no reconocen la especificidad de los procesos creativos. Muchos de nosotros hemos experimentado esta tensión: propuestas que “no encajan”, proyectos artísticos que requieren justificar su impacto cultural como si fueran estudios de sociología, o evaluaciones que siguen pidiendo métricas propias de revistas indexadas incluso cuando el objeto de investigación es performativo, material o experiencial.

La revisión de los ESG puede ayudar a corregir este desajuste. Si se incorpora, de manera explícita, que:

• La práctica artística puede generar conocimiento válido y verificable.
• Los formatos de resultados pueden ser múltiples: performances, instalaciones, composiciones, artefactos, documentos audiovisuales, tecnologías creativas, prototipos, etc.
• La calidad no es solo un atributo técnico o metodológico. sino también estético, cultural y contextual.
• Los procesos de investigación pueden incluir intuición, experimentación, improvisación y creatividad como componentes estructurales y no accesorios.

Europa está moviéndose hacia modelos más integrados de investigación, innovación y creación. Y la investigación artística encaja perfectamente en ese horizonte.

¿Por qué esta consulta importa especialmente ahora?

Porque el ecosistema europeo está cambiando a una velocidad notable. La aparición del Espacio Europeo de Datos Culturales, el impulso político a la innovación creativa, o el reciente Culture Compass están situando la cultura y las artes en el centro de la transformación digital y social. En este contexto, los ESG 2027 pueden convertirse en el marco que legitime, de una vez por todas, el lugar de la investigación artística en este proceso.

Si no intervenimos ahora, otros lo harán. Y el resultado puede ser un marco que siga sin reflejar las necesidades reales de nuestras disciplinas.

La consulta pública es una invitación directa a que la comunidad artística europea participe en la definición de los criterios que determinarán cómo se evalúa y se financia nuestro trabajo en las próximas décadas.

Qué se juega la investigación artística

Participar en esta consulta no es un gesto simbólico. Es estratégico.

Está en juego:

• Cómo se reconocen los resultados de investigación basados en procesos creativos.
• Cómo se evalúa la calidad y el impacto de estos procesos.
• La armonización europea de los criterios usados por agencias nacionales.
• El acceso a financiación competitiva para proyectos de investigación artística.
• La legitimidad institucional de las escuelas superiores de arte y de música como centros productores de conocimiento.
• La posibilidad de que nuestras metodologías influyan en la evolución de la ciencia y la innovación europeas.

Si no formulamos nuestras expectativas, otros lo harán desde marcos que no comprenden la práctica artística como forma de investigación.

Una responsabilidad colectiva

Es el momento de que las escuelas de arte, conservatorios superiores, departamentos universitarios, grupos de investigación, colectivos artísticos y redes europeas se impliquen de manera coordinada. La consulta pública es abierta. pero requiere un conocimiento profundo del funcionamiento del sistema europeo de aseguramiento de la calidad.

Quienes trabajamos en investigación artística necesitamos articular una voz clara, informada y propositiva. Una voz que defienda:

• La pluralidad epistemológica.
• La legitimidad de los métodos creativos.
• La diversidad de formatos de resultados.
• El valor social y cultural de nuestras prácticas.
• La necesidad de evaluadores formados en investigación artística.
• Y sobre todo, la autonomía disciplinar para definir qué es calidad en nuestro ámbito.

Un momento decisivo

Lo que ocurra en los próximos meses definirá cómo será evaluada la investigación artística en Europa durante muchos años. Por primera vez, los ESG abren la puerta a una redefinición del concepto de calidad que puede beneficiarnos de manera directa. Pero esa puerta solo seguirá abierta si participamos activamente en el proceso.

Es una oportunidad histórica para que la investigación artística deje de estar a la defensiva y pase a ocupar un lugar estructural en las políticas europeas de conocimiento.

Aprovecharla depende de nosotros.

Cómo puede un musicólogo aprovechar el Data Space europeo de Patrimonio Cultural. Una guía práctica para no quedarse fuera

En los últimos años, Europa lleva avanzando silenciosamente hacia algo que puede cambiar por completo la manera en que trabajamos con el patrimonio musical. No es un nuevo portal ni una base de datos más. Es un giro estructural: la construcción del Common European Data Space for Cultural Heritage, junto con el ECCCH (European Collaborative Cloud for Cultural Heritage) y las nuevas líneas del Culture Compass for Europe, que ya anuncia un Cultural Data Hub y una estrategia europea de IA aplicada a cultura.

Si eres musicólogo. investigador. docente. gestor de patrimonio. o simplemente alguien que trabaja con fuentes musicales. este movimiento te afecta directamente. Y puede darte ventajas enormes si sabes posicionarte ahora que todo está arrancando.

A continuación te propongo una lectura centrada en qué está ocurriendo y cómo puedes aprovecharlo desde la musicología histórica y el estudio del patrimonio musical europeo.


1. Qué está pasando realmente

La UE está construyendo un ecosistema en el que los datos culturales europeos (digitales y digitalizados) puedan encontrarse. enlazarse. circular y reutilizarse entre instituciones de 27 países. No solo metadatos. también contenidos de alta calidad. 3D. audio. notación digital. documentación editorial. derechos asociados. etc.

Ya no se trata únicamente de Europaana, sino de crear una infraestructura común. con estándares compartidos y herramientas interoperables, donde las colecciones y los investigadores puedan trabajar juntos.

El objetivo es claro: que cualquier archivo. museo. biblioteca. conservatorio o investigación tenga datos conectados y compatibles, de forma que se puedan hacer preguntas nuevas y combinar fuentes que hasta ahora vivían en silos.


2. Qué lo hace distinto y relevante para un musicólogo

a) Interoperabilidad real

Esto significa que tus datos. tus ediciones. tus catálogos de compositores o de instrumentos. tus análisis de fuentes. deben hablar el mismo idioma que los de Europaana y el resto del Data Space. Es decir. FAIR (Findable. Accessible. Interoperable. Reusable). Lo que hoy hagas fuera de esos estándares. mañana puede ser invisible.

b) Activos digitales de mayor calidad

La UE impulsa la digitalización avanzada: 3D. sonido de archivo a alta resolución. escaneos multiespectrales. y descripciones más cuidadas de derechos y procedencias. Para un musicólogo. esto significa mejores materiales de trabajo y también nuevas líneas de investigación.

c) De portales cerrados a un ecosistema modular

El Data Space no será un sitio web. sino un conjunto de servicios en la nube europea: repositorios. APIs. cómputo. herramientas colaborativas. validadores de metadatos. entrenamiento de IA. Lo importante será integrarse. no consultar.


3. Qué oportunidades abre para la investigación musical

a) Patrimonio musical vinculado a escala continental

Imagina buscar en un solo lugar las relaciones entre:

  • manuscritos y partituras.
  • grabaciones históricas y registros de instrumentos.
  • tratados teóricos y documentación editorial.
  • bases de datos de personas. lugares. instituciones.
  • datos de derechos y procedencias.

Proyectos como Polifonia ya han demostrado que es posible construir knowledge graphs que conecten todo esto. Mis propios desarrollos de KG’s usando AI lo mustran claramente (en breve tendréis noticias por aquí). El Data Space llevará esa idea a escala europea.

Consecuencia directa: podrás responder preguntas que hoy requieren años de rastreo manual.

b) Publicar sin miedo. reutilizar sin problemas

Una de las prioridades de la UE es limpiar y estructurar la información sobre derechos y proveniencia. Esto facilita publicar:

  • ediciones digitales.
  • corpus de análisis.
  • datasets para docencia.
  • materiales de divulgación.
  • reconstrucciones históricas o simulaciones acústicas.

El riesgo legal disminuye cuando los derechos están claros y estandarizados.

c) Nuevos corpus listos para IA

El Compass anuncia una estrategia de IA aplicada a cultura. Esto implica que se fomentará la creación de conjuntos de datos musicales con buena documentación. equilibrio ético. buena calidad sonora y contexto archivístico sólido.

Para un musicólogo esto abre:

  • investigación computacional sin depender de corporaciones tecnológicas.
  • capacidad de entrenar modelos en repertorios históricos europeos.
  • mayor control sobre cómo se representan nuestras fuentes.

d) Modelos 3D y contextos performativos

Los instrumentos. los órganos históricos. los espacios acústicos patrimoniales y los objetos musicales podrán digitalizarse en 3D. conectados a grabaciones. repertorios y documentos.

El resultado son nuevos terrenos para:

  • organología.
  • acústica histórica.
  • reconstrucciones de práctica interpretativa.
  • museografía digital.

4. Qué puede hacer un musicólogo para integrarse y no quedarse al margen

Aquí vienen los pasos estratégicos.

1. Adaptar tus datos y proyectos a FAIR

Antes incluso de participar en un consorcio. alinea tus materiales con:

  • identificadores persistentes (ISNI. VIAF. RISM IDs. etc.).
  • modelos de metadatos de Europaana (EDM).
  • estándares de notación digital (MEI. MusicXML).
  • licencias claras (CC-BY. CC0. etc.).

No esperes a que te lo pidan. El momento de adaptarse es ahora.

2. Convertirte en un nodo experto

El ecosistema necesita especialistas capaces de:

  • validar metadatos musicales.
  • normalizar vocabularios.
  • diseñar ontologías o extensiones para repertorios concretos.
  • revisar derechos y proveniencias.
  • asesorar sobre digitalización y criterios filológicos.

Un musicólogo con estas competencias se vuelve indispensable para instituciones y proyectos.

3. Ofrecer conocimiento aplicado a instituciones del patrimonio

Archivos. museos. bibliotecas y conservatorios necesitarán:

  • contextualización musicológica de sus colecciones.
  • curaduría documental.
  • narrativas para exposiciones digitales.
  • definir prioridades de digitalización.
  • generar datasets educativos.

Puedes posicionarte como colaborador externo o como socio de proyectos europeos.

4. Prepararte para trabajar con IA en modo ético y crítico

Habrá demanda de expertos que puedan:

  • generar corpus de entrenamiento respetuosos con derechos.
  • diseñar criterios de calidad para modelos musicales.
  • evaluar sesgos y usos indebidos.
  • explicar la música al nivel semántico que los ingenieros no pueden.

5. Aportar capacidad de coordinación transnacional

El Data Space no funcionará sin personas capaces de:

  • escribir propuestas europeas.
  • coordinar grupos.
  • documentar procesos.
  • traducir entre mundos técnicos y humanísticos.

Aquí un musicólogo con experiencia internacional tiene ventaja competitiva clara.


5. Direcciones concretas de investigación y acción

  • Ediciones críticas conectadas a datasets: no solo publicar la edición. también publicar los datos de trabajo enlazables.
  • Reconstrucciones de prácticas interpretativas: unir tratados. iconografía. modelos acústicos y registros.
  • Biografías interconectadas: personas. instituciones. trayectorias. fondos de archivo.
  • Cartografías del patrimonio musical europeo: itinerarios. circulación de repertorios. redes de imprentas.
  • Fenomenología y materialidad del sonido histórico: acústicas 3D. simulaciones. objetos musicales digitalizados.
  • Docencia basada en datasets: cursos donde los alumnos trabajen con datos reales interoperables.

6. Y la pregunta clave: cómo empezar mañana mismo

  1. Audita tus proyectos actuales. Aplica FAIR.
  2. Normaliza nombres. fechas. lugares. instituciones.
  3. Empieza a trabajar en MEI si aún no lo haces.
  4. Abre tus datasets con buenas descripciones.
  5. Contacta con instituciones que sepan que van a entrar en el Data Space.
  6. Identifica qué puedes ofrecer tú como experto.
  7. Sigue de cerca convocatorias ECCCH y proyectos piloto.

No hace falta empezar con algo gigantesco. Basta con orientar tu trabajo al futuro que viene. Y ese futuro ya ha empezado.

La investigación artística en un punto de inflexión. Cómo el nuevo escenario europeo puede transformar el futuro de músicos y creadores

Cuando el Parlamento Europeo adoptó el informe A10-0021/2025 el 26 de febrero de 2025, no salió en las portadas. Rara vez ocurre cuando Bruselas mueve una pieza de la maquinaria cultural. Sin embargo, este informe tiene el potencial de cambiar la manera en que la investigación artística se concibe, se financia y se valora en Europa. Para cualquiera que trabaje en la intersección entre música, cultura y creación de conocimiento, merece la pena prestarle atención.

El informe revisa la implementación de Horizonte Europa y formula recomendaciones para su siguiente etapa. Lo que lo hace especialmente interesante para los artistas no es una medida concreta, sino un cambio de tono. El Parlamento pide una interdisciplinariedad más profunda. Insiste en que las Ciencias Sociales, las Humanidades y las Artes deben considerarse socios estratégicos en innovación. No como añadidos opcionales. No como decoraciones que hay que justificar. Como piezas centrales.

En paralelo, el primer informe de seguimiento de la Comisión Europea sobre temas señalados como SSH confirma lo que muchos investigadores intuían. Casi el 40% de los temas del Pilar II ya requiere algún tipo de participación de SSH. Un 88% de los proyectos financiados incluye al menos un socio SSH. Esto significa que las voces artísticas y humanísticas no solo son bienvenidas, sino cada vez más esperadas.

El Parlamento va más lejos. Sitúa el próximo Programa de Trabajo (2026-2027) y el futuro FP10 como espacios en los que podrían aparecer nuevas líneas de financiación. Aunque “Investigación Artística en Patrimonio Digital” no se cite de forma explícita. El lenguaje apunta claramente en esa dirección. Hay una voluntad política de integrar el pensamiento artístico en marcos estratégicos más amplios: cultura, transición digital, democracia, identidad, participación y preservación del patrimonio.

Para artistas, investigadores y especialmente músicos, esto marca el inicio de un punto de inflexión.

Por qué esto importa para la investigación artística

La investigación artística ha crecido mucho en Europa en las dos últimas décadas. Aun así, sigue viviendo en un ecosistema frágil. Depende de políticas locales. A menudo lucha por su reconocimiento. Se mueve entre instituciones que entienden el arte como práctica y otras que entienden la investigación como teoría. Muchos músicos que producen conocimiento a través de su práctica siguen enfrentándose a dos preguntas recurrentes. “¿Esto es realmente investigación?” y “¿Para quién es esto?”

El nuevo discurso europeo aporta algo que la investigación artística no había tenido. Un mandato político.

Si el Parlamento sitúa las artes como agentes productores de conocimiento dentro del ecosistema de investigación e innovación. Si la Comisión incluye socios culturales y artísticos en casi la mitad de los temas del Pilar II. Entonces las artes dejan de ser periféricas. Se convierten en método y contenido. Pasan a formar parte del pensamiento estratégico europeo.

Esto no resuelve de golpe los debates internos de la investigación artística, pero sí cambia el terreno de juego. Las universidades, los conservatorios y las instituciones culturales tienen ahora un argumento más sólido para apoyar y financiar investigación artística. Los músicos que trabajan con metodologías basadas en la práctica pueden situar su trabajo dentro de misiones sociales amplias. Los laboratorios de patrimonio digital, los museos, los archivos y las instituciones de artes escénicas pueden solicitar financiación juntos en condiciones más equitativas.

Qué pueden hacer realmente los artistas ante esta oportunidad

Entender el cambio es solo el primer paso. El segundo paso es usarlo bien. Aquí van algunas maneras en que músicos e investigadores pueden aprovechar el nuevo marco europeo.

1. Pensar más en grande. La investigación artística puede situarse dentro de misiones sociales

La política europea de investigación se articula cada vez más en torno a grandes misiones. Adaptación climática. Transformación digital. Participación cultural. Cohesión social. Cuando los artistas enmarcan su investigación como contribución a una de estas misiones, hablan el idioma de Bruselas. Eso fortalece las solicitudes y muestra cuánto puede aportar el arte.

Un músico que estudia prácticas históricas de interpretación puede situar su trabajo dentro de la revitalización del patrimonio digital. Un compositor que explora el sonido inmersivo puede abordar retos de creatividad digital o inclusión cultural. Un intérprete que investiga la cognición corporal en la música puede conectar con salud, bienestar o educación.

No se trata de forzar el arte para que encaje en una palabra política. Se trata de reconocer que la investigación artística ya contribuye a esas mismas preguntas sociales.

2. Construir alianzas más allá de las artes

Uno de los mensajes más sólidos del informe parlamentario es la idea de sinergia. Las colaboraciones entre artes, SSH y STEM ya no son raras. Se fomentan y se financian.

Los músicos pueden beneficiarse enormemente de asociarse con:

• laboratorios de humanidades digitales
• científicos informáticos que trabajan con IA, VR o tecnologías interactivas
• conservadores y científicos del patrimonio en museos
• archiveros y bibliotecarios que gestionan colecciones culturales
• educadores que diseñan nuevos ecosistemas de aprendizaje
• sociólogos que estudian participación, identidad o comunidades

Estas alianzas aportan legitimidad adicional a la investigación artística, pero también la enriquecen. La intuición artística puede orientar la innovación tecnológica en caminos que la investigación puramente técnica raramente anticipa.

3. Implicarse en las instituciones que preparan el Programa de Trabajo 2026-2027

Ahora mismo se están diseñando las convocatorias de 2026-2027. Esto significa que artistas e investigadores pueden influir en lo que se financiará. Conservatorios, universidades, museos e instituciones de patrimonio deberían estar formando redes y redactando documentos conceptuales. Los músicos deberían estar en contacto con oficinas europeas institucionales, puntos nacionales de contacto y responsables de políticas.

Si el sector quiere una línea específica para Investigación Artística en Patrimonio Digital o para Prácticas Creativas del Conocimiento, el momento es ahora.

4. Llevar la práctica a la mesa sin complejos

Una de las inseguridades más persistentes en la investigación artística es si la práctica artística “cuenta” como investigación. El nuevo entorno europeo hace esta pregunta menos relevante. Lo que importa es la contribución. Si los métodos artísticos generan conocimiento nuevo sobre cultura, tecnologías digitales, públicos o patrimonio, forman parte del ecosistema de investigación.

Los músicos, intérpretes y compositores pueden presentar su práctica como método investigador. Experimentos basados en la interpretación, conocimiento corporal, prototipado creativo, investigación sonora y procesos colaborativos son cada vez más comprensibles dentro de contextos interdisciplinarios.

5. Mirar más allá del Clúster 2

La mayor parte de la investigación artística se ha alineado tradicionalmente con el Clúster 2 (Cultura, Creatividad y Sociedad Inclusiva). Sigue siendo así. Aun así, la investigación artística interdisciplinaria también puede encajar en:

• Clúster 4 (Digital, Industria y Espacio). Para audio inmersivo, IA creativa, preservación digital, nuevas interfaces.
• Clúster 5 (Clima, Energía y Movilidad). Para paisajes sonoros, artes ambientales, ecología acústica.
• Las Misiones. Especialmente patrimonio cultural, adaptación climática y participación digital.
• Infraestructuras de investigación. Sobre todo para colecciones culturales y repositorios digitales.
• Acciones Marie Skłodowska-Curie. Para proyectos doctorales o posdoctorales basados en la práctica.

Las artes pueden entrar en más espacios que antes.

6. Demostrar el valor cultural con datos e impacto

La financiación europea exige cada vez más pruebas de impacto. Los músicos y artistas pueden reforzar su posición si explican cómo su trabajo involucra a comunidades, transforma comprensiones o contribuye a la resiliencia cultural. No significa reducir el arte a un trámite burocrático. Significa mostrar cómo genera efectos culturales, sociales o tecnológicos.

Qué podría pasar a continuación

Si la tendencia continúa, los próximos cinco años podrían consolidar la investigación artística como un ámbito de investigación plenamente reconocido. El impulso del Parlamento hacia la interdisciplinariedad reforzará el papel de conservatorios, universidades de artes e instituciones culturales dentro del ecosistema europeo. FP10 podría incluir una línea específica para la producción artística de conocimiento, algo que otras disciplinas ya tienen desde hace tiempo.

La combinación de patrimonio digital, investigación artística y tecnologías creativas está especialmente bien situada. Europa ya está invirtiendo en gemelos digitales de espacios patrimoniales, sostenibilidad del patrimonio, recursos culturales basados en IA y aprendizaje inmersivo. Los artistas y especialmente los músicos son esenciales para que estas tecnologías tengan sentido cultural.

Idea final. Por qué los músicos no deberían dejar pasar este momento

Los músicos ocupan un lugar privilegiado en el cruce entre tradición e innovación. Trabajan con fuentes históricas y con creatividad contemporánea. Con práctica corporal y herramientas digitales. Con narrativa, emoción y estructura. Entienden cómo se mueve la cultura a través del tiempo y del espacio.

El giro europeo hacia una investigación interdisciplinaria y culturalmente enraizada no es solo una actualización política. Es una invitación. Los músicos pueden modelar nuevas formas de conocimiento, nuevas experiencias de patrimonio digital, nuevas herramientas artísticas y nuevas maneras de pensar el futuro cultural de Europa.

No es un momento para mirar desde la barrera. Es un momento para dar un paso adelante, proponer ideas y asumir liderazgo en definir lo que puede llegar a ser la investigación artística.

¿Cómo puede cambiar la Artists’ Charter la remuneración de los musicólogos?

El valor del conocimiento en un mercado cultural que por fin empieza a ordenarse

La reciente publicación del Culture Compass for Europe y la futura Artists’ Charter está generando un movimiento interesante en el ecosistema cultural europeo. Por primera vez en décadas, se abre la posibilidad real de regular de forma explícita las condiciones laborales y económicas no solo de artistas escénicos, sino también de profesionales del conocimiento, entre ellos los musicólogos. Y esto puede alterar profundamente la manera en que se remunera nuestro trabajo.

Para entender por qué la Artists’ Charter es relevante, conviene retomar dos ideas que ayudan a describir cómo funciona de verdad la economía de la música. “Domino” y “Sold”.


1. “Domino”. cómo se comporta la oferta, la demanda y el efecto cadena

“Domino” se refiere a algo muy simple. el mercado cultural es extremadamente sensible a pequeños cambios. Una decisión en un lado del sistema provoca una cascada de efectos en otros lugares. Igual que una fila de fichas que caen una detrás de otra.

Por ejemplo:

  • Si una orquesta decide abrir una línea de programación dedicada al barroco, aumenta la demanda de especialistas en repertorio. y esa necesidad se extiende a editores, investigadores y asesores.
  • Si un festival recibe más financiación, contrata a más profesionales para preparar catálogos, textos, conferencias y documentación.
  • Si un archivo digitaliza sus fondos, crece la demanda inmediata de musicólogos capaces de describir e interpretar ese material.

El sector funciona así. Un movimiento institucional genera un efecto “Domino” que reorganiza la oferta y la demanda.

La Artists’ Charter puede activar precisamente este tipo de cascada. porque si exige estándares mínimos de contratación y remuneración, las instituciones deberán replantearse su forma de trabajar. y esto puede expandir la demanda de servicios musicológicos cualificados.


2. “Sold”. cómo se fijan realmente los precios en el trabajo musicológico

“Sold” describe el fenómeno menos visible pero más determinante. la discriminación de precios. Es decir. el hecho de que el mismo trabajo, con la misma calidad, tiempo invertido y valor intelectual, se pague de manera completamente distinta según quién lo encargue.

Ejemplos típicos en nuestro campo:

  • Una orquesta sinfónica puede pagar 350 euros por una nota al programa.
  • Un festival internacional puede pagar 900 por un texto muy similar.
  • Un conservatorio puede pagar 50 euros. o nada.
  • Una fundación puede considerar que “ganas visibilidad”, así que el pago desaparece por completo.

El resultado es evidente. El precio no lo fija el contenido del trabajo, sino la capacidad económica y la cultura interna de quien se lo compra. Esto es “Sold”. un mercado donde el valor no se determina objetivamente sino por el contexto, lo que hace prácticamente imposible establecer tarifas profesionales estables.

Aquí es donde la Artists’ Charter puede tener un impacto profundo, porque si fija marcos europeos de remuneración mínima para profesionales culturales, reduce los márgenes para esta discriminación arbitraria.


3. Por qué la Artists’ Charter puede transformar de verdad la remuneración de los musicólogos

La Artists’ Charter apunta a varios frentes que afectan directamente al trabajo musicológico:

1. Remuneración mínima y tarifas orientativas

Por primera vez, podría haber estándares europeos que definan:

  • tarifas mínimas para edición crítica, asesoría, documentación y redacción especializada
  • remuneración por participación en proyectos patrimoniales
  • reconocimiento económico del tiempo de investigación previo a cada encargo

Esto corrige en parte el problema “Sold”. limita la arbitrariedad de precios y obliga a las instituciones a situarse dentro de un rango razonable.

2. Contratos por escrito incluso para encargos pequeños

La precariedad del musicólogo se alimenta de trabajos informales. textos sin contrato. pagos que llegan meses después. encargos que se pierden entre emails. La Carta podría exigir:

  • contratos obligatorios
  • calendarios de pago regulados
  • claridad en derechos y propiedad intelectual

Esto empuja hacia un mercado profesional más transparente.

3. Movilidad laboral más sencilla y reconocida

Los musicólogos trabajamos mucho más internacionalmente de lo que parece. La Artists’ Charter busca armonizar:

  • reconocimiento transfronterizo del estatus profesional
  • portabilidad de derechos sociales
  • simplificación administrativa para trabajos temporales
  • acceso más fluido a encargos en otros países

Este punto afecta al “Domino”. si se reduce la fricción para contratar musicólogos fuera del país de origen, la demanda global aumenta y el mercado se expande.

4. Derechos de autor y propiedad intelectual

Muchos trabajos musicológicos generan valor reutilizable. ediciones, transcripciones, catálogos, reconstrucciones históricas, versiones digitales. La Artists’ Charter puede reforzar:

  • remuneración por reutilización
  • reconocimiento de autoría
  • participación en beneficios cuando el material se explota comercialmente

Esto marca un antes y un después. hasta ahora, la mayoría de musicólogos entregan un trabajo que luego genera ingresos sin que vuelva nada al creador intelectual.


4. Hacia qué modelos de remuneración podemos movernos

Si la Artists’ Charter se lleva a la práctica con cierta ambición, los musicólogos podríamos ver consolidarse modelos como:

  1. Honorarios homogéneos basados en tarifas europeas.
  2. Modelo mixto. pago fijo + remuneración por reutilización.
  3. Derechos de autor compartidos en ediciones y contenidos.
  4. Pago por presencia digital en catálogos, colecciones y plataformas documentales.
  5. Residencias remuneradas en instituciones patrimoniales o creativas.

Todos estos modelos reducen la desigualdad de precios (Sold) y generan nuevos circuitos de demanda (Domino).


Una oportunidad estructural para la musicología

La Artists’ Charter no resolverá todos los problemas del sector. pero sí puede ser la primera herramienta política con capacidad real para transformar:

  • cómo se valora el conocimiento
  • cómo se paga la investigación aplicada
  • cómo se regula el trabajo cultural especializado
  • cómo circulan los profesionales en Europa

Para la musicología, puede suponer un cambio histórico. menos arbitrariedad en precios, más estabilidad contractual, más movilidad y mayor reconocimiento de la autoría intelectual.

Las 20 acciones del Culture Compass y por qué la musicología histórica debería estar atenta

Desde finales de 2025, la política cultural europea ha entrado en un ciclo nuevo y bastante más ambicioso. El Culture Compass for Europe reúne veinte acciones que, combinadas, dibujan un escenario en el que la música, el patrimonio sonoro y la investigación musicológica pueden encontrar un lugar mucho más visible. Y lo más interesante. un lugar estratégico.

A continuación recorro las veinte acciones y comento qué implican para quienes trabajamos con historia de la música, archivos sonoros, colecciones patrimoniales y el ecosistema GLAM europeo.


1. Declaración “Europe for Culture – Culture for Europe”

La Comisión y los Estados miembros quieren volver a colocar la cultura como bien común europeo. Para la musicología histórica esto abre la puerta a narrativas más robustas sobre el papel de la música en la construcción de identidades europeas. Las instituciones musicales pueden aprovechar este marco para reposicionar colecciones y proyectos.

2. State of Culture Report

Este informe, previsto para 2027, se convertirá en una referencia para medir tendencias culturales. Es una ocasión para que los datos sobre patrimonio musical, archivos, prácticas interpretativas históricas y circulación de repertorios entren en el radar de la política cultural europea.

3. EU Cultural Data Hub

Va a ser el punto donde confluyan datos estadísticos culturales. Para la musicología significa acceso centralizado a indicadores sobre empleo musical, financiación, circulación transnacional de músicos, hábitos de consumo cultural y más. Ideal para quien trabaja con historia cultural cuantitativa.

4. Nuevo European Prize for Performing Arts

Aunque parezca más cercano al presente escénico, su valor para la musicología está en visibilizar tradiciones interpretativas, teatros históricos, repertorios menos programados y la herencia musical de regiones periféricas. Puede generar interés político por preservar y documentar tradiciones musicales.

5. Informe sobre cultura y discapacidad

Oportunidad para revisar la accesibilidad tanto de archivos musicales como de digitalizaciones históricas. La musicología tiene aquí recorrido en la interpretación material del patrimonio: accesibilidad en partituras digitalizadas, interfaces para explorar colecciones, documentación sonora adaptada, etc.

6. Marco de pases culturales y DiscoverEU Culture Routes

Los jóvenes se convierten en público objetivo prioritario. Para el patrimonio musical, esto significa más incentivos para programar rutas, exposiciones, archivos visitables, experiencias inmersivas sonoras y proyectos divulgativos en clave histórica.

7. EU Artists’ Charter

Gran noticia para intérpretes, pero también para musicólogos. La carta pondrá sobre la mesa derechos laborales, modelos de remuneración y movilidad artística. La historia de las prácticas musicales siempre ha estado conectada a las condiciones de trabajo de sus protagonistas. Además, archivos y colecciones pueden alinearse con esta narrativa para reforzar el acceso a materiales de investigación.

8. Youth Cultural Ambassadors Network

Generará perfiles jóvenes que actúan como prescriptores culturales. Esto puede ser clave para difundir colecciones musicales, patrimonio histórico y narrativas sobre música europea en formatos nuevos (podcasts, vídeos, redes, microformatos).

9. Directrices sobre cultura, salud y bienestar

La investigación sobre música y salud tiene un componente histórico muy interesante. Cómo se ha entendido el impacto de la música en el bienestar a lo largo del tiempo, cómo se usaba en hospitales, instituciones religiosas, prácticas comunitarias. También abre oportunidades para archivos sonoros vinculados a memoria social.

10. AI Strategy for the Cultural and Creative Sectors

Aquí empiezan los fuegos artificiales. Esta estrategia, prevista para 2027, regulará usos éticos, acceso a corpus, sesgos, reconocimiento de derechos y trazabilidad de datos. Para la música.
– Oficializará buenas prácticas para entrenar modelos con patrimonio sonoro.
– Impulsará proyectos de análisis masivo de repertorios.
– Establecerá condiciones más claras para las ediciones críticas digitales y reconstrucciones sonoras asistidas.
Y además, protegerá el valor histórico de los archivos frente a usos no controlados.

11. Common European Data Space for Cultural Heritage

El gran proyecto digital del patrimonio europeo. Será clave para la musicología histórica.
– Estandarizará metadatos.
– Impulsará interoperabilidad entre fondos musicales.
– Favorecerá digitalizaciones avanzadas (3D, multiformato, audiovisuales).
– Fomentará la reutilización investigadora del patrimonio musical en toda Europa.
Quien trabaje con archivos musicales debe seguir esto muy de cerca.

12. Refuerzo del European Heritage Label y las European Capitals of Culture

Ambos instrumentos pueden resaltar ciudades con patrimonio musical importante. Por ejemplo, teatros históricos, escuelas de música, escenas urbanas, tradiciones locales. Es una oportunidad para recuperar y visibilizar repertorios olvidados de determinadas regiones.

13. Recomendación sobre el futuro del New European Bauhaus

Ligado a sostenibilidad, creatividad y cohesión urbana. Para la música, un filón: paisajes sonoros urbanos, acústica de espacios históricos, diseño sonoro en ciudades, musealización de patrimonio musical. La musicología puede aportar mucho a esta conversación interdisciplinar.

14. European R&I Partnership for Resilient Cultural Heritage

Este partenariado financiará proyectos de investigación en conservación, digitalización y gestión del patrimonio. La música entra de lleno: conservación de soportes históricos, análisis de fuentes musicales, documentación de tradición oral, reconstrucción digital de prácticas musicales pasadas.

15. Revisión de la estrategia de relaciones culturales internacionales

Abre nuevas vías para cooperación entre países europeos y socios externos. Para la musicología histórica, esto puede significar:
– Proyectos transnacionales sobre rutas musicales históricas.
– Programas de intercambio para archivos musicales.
– Colaboraciones con instituciones de países vecinos con fondos musicales poco conocidos.

16. Enfoque Team Europe para cultura

Se busca unir recursos de la UE, Estados miembros y entidades culturales. Esto puede traducirse en consorcios más fuertes para digitalización de archivos musicales, exposiciones internacionales, restauración de documentos o carpetas sonoras.

17. Nueva fase de EU4Culture

Centrado en la Vecindad Oriental. Importante para la historia musical europea. Se podrían abrir proyectos conjuntos sobre circulación de repertorios y conexiones musicales Europa–Cáucaso–Balcanes.

18. Euro-Med Pact para cultura, deporte y turismo

Perfecto para trabajar patrimonio musical mediterráneo: tradiciones litúrgicas, repertorios antiguos, fiestas populares, cohabitación musical histórica entre comunidades. También puede impulsar rutas sonoras patrimoniales.

19. Simplificación de acceso a financiación y actualización de CulturEU

La herramienta CulturEU será más clara. Buenas noticias para archivos, grupos de investigación y proyectos de patrimonio musical, porque facilita la identificación de convocatorias relevantes para restauración, digitalización, actividades divulgativas o producción editorial.

20. Directrices para inversión estratégica y filantropía cultural

Al final, todo proyecto necesita financiación. Estas directrices marcarán cómo incentivar inversiones privadas en patrimonio cultural. Oportunidad para museos musicales, instituciones que custodian fondos históricos, festivales con repertorio patrimonial y proyectos de edición musical.

Europa se mueve. Y la musicología histórica debería moverse con ella

A veces da la sensación de que las grandes estrategias culturales de la Unión Europea circulan en un plano etéreo. Documentos elegantes, PDFs impecables, compromisos solemnes que parecen escritos para una conferencia en Bruselas más que para quienes trabajamos a diario con patrimonio, archivos, colecciones y prácticas musicales. Pero esta vez no. Desde noviembre de 2025, el tablero europeo ha cambiado de forma clara, directa y con implicaciones importantes para la musicología histórica y para todo el ecosistema musical europeo.

El 12 de noviembre de 2025, la Comisión Europea presentó el Culture Compass for Europe, una estrategia cultural renovada que recoloca a la cultura, y junto con ella la música, en el centro de cuestiones que hasta ahora se asociaban sobre todo a la política, la economía y la resiliencia social. La cultura deja de ser un adorno para convertirse en un eje identitario y democrático. La Comisión lo dice sin rodeos: cultura es competitividad. cultura es cohesión. cultura es un recurso estratégico.

Y, apenas dos días después, el 14 de noviembre, el Consejo de la UE publicó el documento COM(2025)7 – Data, que aterriza todo esto en un terreno crucial: el de los datos culturales, la infraestructura digital y la inteligencia artificial. Para quienes trabajamos en musicología, GLAM o patrimonio musical, este giro es especialmente relevante.

A continuación comparto una lectura orientada específicamente a las oportunidades e implicaciones para la musicología histórica y la conservación y circulación de la herencia musical europea.


1. Un ecosistema cultural europeo reorganizado

El Culture Compass articula veinte grandes acciones, agrupadas en cuatro direcciones estratégicas:

  1. Defender los valores europeos y los derechos culturales.
  2. Fortalecer a artistas, profesionales de la cultura y ciudadanía.
  3. Aprovechar la cultura y el patrimonio para reforzar competitividad, resiliencia y cohesión.
  4. Impulsar las relaciones culturales internacionales.

Aunque todas tienen algún grado de impacto en las prácticas musicales, es la tercera la que concentra los cambios más decisivos. Allí se sitúan dos piezas que van a marcar la próxima década:

  • El Common European Data Space for Cultural Heritage.
  • La AI Strategy for the Cultural and Creative Sectors.

Estas iniciativas no son simples herramientas tecnológicas. Están llamadas a redefinir cómo producimos, preservamos, compartimos e interpretamos el patrimonio cultural europeo. Incluyendo, muy especialmente, el musical.


2. El Data Space: hacia un patrimonio musical interoperable

El Common European Data Space for Cultural Heritage comenzará su despliegue entre finales de 2025 y 2030. Su objetivo es ambicioso: crear una infraestructura común para compartir, federar, contextualizar y reutilizar datos culturales en toda Europa. Hasta ahora cada archivo musical, biblioteca, museo o colección audiovisual ha trabajado con sus propios estándares y sistemas. A partir de ahora la tendencia irá hacia la convergencia.

¿Qué significa esto para la musicología y GLAM?

Estandarización creciente
Habrá presión para adoptar formatos interoperables, gestionar datos 3D y audiovisuales con rigor común y organizar metadatos en esquemas compartidos. Esto afecta directamente a:

  • archivos musicales históricos.
  • colecciones de partituras y manuscritos.
  • fondos sonoros.
  • grabaciones de campo y documentación audiovisual.
  • colecciones digitales ya existentes que necesitarán migración o adaptación.

Nuevas formas de circulación de datos
El data space facilitará flujos de datos entre instituciones más allá de los agregadores tradicionales. Europa quiere que los datos de sus patrimonios (incluido el musical) sean reusables para investigación, creación artística, educación, turismo cultural e innovación.

Impacto en la investigación musicológica
Una infraestructura de este tipo permite comparar repertorios, prácticas, redes de transmisión, documentación sonora histórica o trayectorias artísticas en escalas hasta ahora inviables. Si la musicología europea quiere aprovecharlo, deberá adaptarse rápido.


3. La estrategia europea de IA. Entre la oportunidad y la responsabilidad

La UE presentará en 2027 una AI Strategy for the Cultural and Creative Sectors. No es un documento técnico más. Es la primera vez que Europa formula un marco político específico para las aplicaciones de inteligencia artificial en cultura.

Implicaciones para la música y la musicología

Nuevos usos
La IA ya está presente en:

  • análisis musical de gran escala.
  • reconstrucción audio-histórica.
  • transcripción automática.
  • generación asistida.
  • interfaces inmersivas para patrimonio sonoro.
  • ediciones digitales inteligentes.

La estrategia europea no pretende frenar esto. Pretende ordenarlo.

Marcos éticos y de derechos
La UE quiere un uso de la IA que sea:

  • humanista.
  • respetuoso con los derechos de intérpretes, compositores y comunidades custodias de tradición.
  • transparente en la procedencia de los datos.
  • sensible a sesgos y problemáticas de accesibilidad.
  • alineado con los principios de soberanía digital.

Este punto es crucial. Las colecciones musicales europeas tienen historias complejas de propiedad intelectual, extractivismo cultural y desigualdades en la representación. La IA amplifica todo esto, así que la UE quiere intervenir antes de que sea tarde.

Nuevos modelos de financiación y proyectos piloto
La estrategia irá acompañada de convocatorias, programas de experimentación y marcos de apoyo para innovaciones en patrimonio sonoro, archivos musicales, digitalización avanzada y herramientas de análisis.


4. Qué significa todo esto para el sector GLAM musical

En archivos, bibliotecas, museos y colecciones musicales se abre una doble vía.

Oportunidades

  • Infraestructuras digitales financiadas a escala europea.
  • Proyectos transnacionales donde compartir colecciones, metodologías y plataformas.
  • Flujos de datos más ricos para investigación musicológica y para públicos amplios.
  • Puentes más sólidos entre instituciones culturales y sectores creativos como la música en vivo, la edición, la grabación o las industrias de contenidos digitales.

Exigencias

  • Mejora de la calidad y trazabilidad de los metadatos.
  • Clarificación de derechos, tanto históricos como digitales.
  • Capacidad para gestionar datos complejos (audio de alta resolución, 3D, documentación audiovisual, registro de contexto).
  • Nuevas responsabilidades éticas en el uso de IA generativa y analítica.
  • Participación activa en los foros europeos, para no quedar subordinados a estándares ajenos.

5. La musicología en un ecosistema de datos

La transformación es estructural. La musicología histórica ya no podrá limitarse a la edición crítica o al análisis documental tradicional. El modelo europeo la sitúa dentro de un ecosistema donde:

  • los datos son infraestructura cultural.
  • la interoperabilidad es un requisito.
  • la IA forma parte de las herramientas de investigación.
  • el patrimonio musical se entiende como recurso compartido.
  • las instituciones culturales cooperan para evitar islas de datos cerradas.

En cierto modo, el proyecto europeo devuelve a la musicología algo que en realidad siempre fue suyo: la capacidad de conectar repertorios, prácticas, comunidades, geografías y temporalidades a escala continental.

Ahora bien. lo hace exigiendo que nos adaptemos al mundo digital, a sus reglas y a sus oportunidades.


6. Conclusión. Un momento estratégico para la música y su historia

El conjunto formado por el Culture Compass, el documento COM(2025)7 – Data, el Data Space y la futura AI Strategy configura la agenda cultural europea más ambiciosa en décadas. Por primera vez se reconoce que el patrimonio cultural y creativo. incluida la música. es un activo estructural para el futuro del continente.

La pregunta no es si la musicología histórica y los GLAM musicales deben implicarse. sino cómo y con qué visión. Europa está preparando la infraestructura, los recursos y los marcos legales. Ahora le toca al sector académico y patrimonial movilizarse para situar la herencia musical europea en el lugar que merece: visible, compartida, analítica, interoperable y plenamente conectada con la sociedad.

Comenzamos la publicación del Cancionero Musical de Palacio

Sí, lo sabemos, ya iba siendo hora. En 2014 dimos por terminada la edición crítica completa del Cancionero Musical de Palacio II/1335. Por un lado, Manuel Moreno, de la Universidad de Liverpool, capitaneó la edición crítica literaria, mientras que Ángel Manuel Olmos -por aquel entonces Honorary Research Fellow también en la Universidad de Liverpool- hacía lo propio con la edición musical. Trabajaron en ella también Ferrán Escrivà, hoy en la Universidad Internacional de Valencia.

¿Por qué no se publicó? Pues por varias razones, aunque la principal es que, una vez que un proyecto así de grande está terminado en tu cabeza, cuesta mucho darle los últimos toques.

Estuvimos durante un tiempo pensando en publicarlo en papel. Tuvimos varias reuniones con instituciones que querían esponsorizar la publicación, pero siempre nos encontrábamos con obstáculos que nos impedían avanzar. Finalmente se decidió que una edición así ya no tenía sentido publicarse en papel: pasamos todo los materiales a The CMME project y todo pareció encaminarse.

Sin embargo, la evolución tecnológica nos tenía preparada una jugada: el visor de CMME solamente funcionaba en Java, y los navegadores declararon que las applets de Java no eran ya seguras. Además, el desarrollo de CMME se congeló, y no fue actualizado para ser compatible con las nuevas versiones Java.

Han pasado 10 años, y creemos que es momento para volver a reactivar la publicación online de esta edición que, por primera vez en la historia, se basa en el códice original. Y lo haremos gratis por completo, como todas nuestras publicaciones y ediciones.

En breve daremos noticias al respecto…

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid

A través de estos links, se puede acceder de forma gratuita a los 18 volúmenes de nuestra publicación «Papeles Barbieri» dedicados al Teatro de los Caños del Peral:

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid (18 vols.)

También están disponibles, de forma individual, en Google Books:

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 1

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 2

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 3

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 4

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 5

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 6

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 7

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 8

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 9

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 10

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 11

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 12

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 13

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 14

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 15

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 16

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 17

Papeles Barbieri – Teatros de Madrid, vol. 18

Fin del proyecto de transcripción de los Papeles Barbieri

Este año 2019 hemos terminado el proyecto de transcripción del Legado Barbieri. Han sido unos años muy provechosos, en la que varias generaciones de becarios -siempre remunerados-, han recibido formación sobre el trabajo en biblioteca, la música Española a través de Barbieri, y de paleografía literaria.

Estamos ya preparando la edición del resto de volúmenes que completarán la serie ya publicada y presentada en la BNE.